El concejo de Piloña, fue tradicionalmente y hasta la segunda mitad del siglo XX un gran productor de avellana. Los avellanos o ablanares (en Asturiano) son parte del sistema de cultivos diversificados que dio forma al paisaje cultural del Oriente se Asturias. Así, se combinaban la siembra de diferentes especies en huertos con pastizales y áreas forrajeras y con el cultivo de árboles frutales. Y estos mismos terrenos son pastados por animales que a su vez fertilizan el terreno.
¿Qué cambió?
No es que la avellana constituyera parte fundamental de la dieta, como sí fue la castaña; pero tenía un alto valor comercial. La avellana se exportaba desde Piloña ya desde el siglo XVIII y durante mucho tiempo fue una de las fuentes de ingresos más importantes en la zona. Con la industrialización este cultivo casi se perdió, como muchos otros en las zonas rurales y de montaña que no encajaban en este nuevo modelo de producción. Este tipo de cultivo se daba en zonas comunales, se basaba en la diversificación y la forma de explotación no era intensiva por lo que quedaron fuera en la búsqueda de «productividad».
Pero hoy lo vemos con ojos distintos y sabemos que estas formas tradicionales de cultivo y producción eran mucho más sostenibles. Fue este agroecosistema el que a través de los años dio forma a los pueblos y el paisaje cultural que hoy se denomina en Asturias como Paraíso Natural. Es verdad que el despoblamiendo de las zonas rurales hoy en día es preocupante, pero no sólo por el abandono sino por la pérdida de patrimonio cultural, etnográfico y el saber local asociado a esos pueblos. Sin esa sabiduría, se pierden los ecosistemas que hicieron productivas estas zonas y el paisaje al que le dieron forma.
Te invitamos a formar parte
Es por eso que nos preocupamos por mostrar y hacer partícipe a la gente de proyectos que buscan perpetuar estos sistemas. Este año, por primera vez hemos logrado contactar con algunos de los jóvenes que están tomando el relevo en el cuidado y cultivo de avellanos en la zona de Infiesto.
En la segunda quincena de agosto podremos ir, aprender sobre el cultivo y participar de la cosecha. También probaremos la Asturcilla, un producto que ha ayudado a incentivar la recuperación de los ablanares al poner en valor las avellanas y tener una demanda superior a la producción local. Más información sobre esta experiencia aquí.
Las fincas que visitaremos están en una zona al lado de un hermoso río con pozas naturales en las que poderse dar un chapuzón para completar el día.